El cine recrea imaginarios culturales que se nutren de las realidades sociales que penetra. En ocasiones en el cine y los medios de comunicación la feminidad se moldea a través de la cultura y los cánones clásicos construyen mujeres con roles, actitudes y pensamientos rígidos y estereotipados a los que se asignan sentimientos, deseos y formas establecidas. Sin embargo es la cultura quien a su vez reevalúa y reconstruye significados que le entregan a lo femenino valores que no solo son inherentes a la mujer.
Pensar y sentir el cine femenino es abrir una puerta para aceptar la diversidad. Verlo con esa premisa propone la ruptura de lo cotidiano, de lo que no se acostumbra ver, es inmiscuirse en atmosferas tal vez conocidas pero que tienen secretos por revelar. Es imposible pensar que el cine femenino solo pretende abordar temas femeninos, aunque la mayoría de veces la creación implique la auto referencia de experiencias, pensarlo sería el retorno al pasado que propició la negación de la mujer y olvidar el punto de vista que construimos desde la diferencia, o peor aún, sería creer que una historia puede ser contada por pocos y anular así la creación que el cine nos han entregado por años.
Si tuviéramos una sola versión de los hechos sobre el cine femenino tal vez todas las mujeres directoras, serian feministas.Las nuevas dimensiones de lo femenino se pueden abordar incluso desde lo masculino, la estética en determinado filme, puede insinuar estados en que lo femenino construye atmosferas y sutilmente alimenta el tránsito por determinadas escenas a través de la música, los decorados, la fotografía o los personajes. De igual manera lo femenino se destaca en historias que se comprometen y reivindican la igualdad de género y el respeto por los derechos humanos desde posturas feministas que responden a condiciones impuestas por la cultura patriarcal y lo femenino es también el encuentro de mujeres que desde diversas perspectivas, temáticas y estéticas han asumido la creación cinematográfica.
La tardía entrada de la mujer como creadora de imágenes ha transcurrido de manera vertiginosa y en poco tiempo han asumido la totalidad del oficio de hacer cine incluso apropiándose de roles en los que la tecnología se ha confabulado a su favor para permitir el fácil acceso y operatividad de equipos que intervienen en las diferentes especialidades de la cinematografía. En el cine femenino algunas propuestas se remiten a historias de mujeres reconstruidas en épocas anteriores que sin duda, de manera implícita o explícita evocan restricciones sociales y condiciones de desigualdad que no solo han sido abordadas por mujeres directoras. Fueron las mujeres quienes por su condición iniciaron la lucha por la igualdad de derechos y filmes de corte feminista fueron una herramienta de liberación que propicio reflexiones no solo comprometidas con su propia causa sino con conflictos de otras minorías sociales.
El contexto cultural ha evolucionado y se vislumbran nuevas generaciones de cineastas que de manera diferente exploran la realidad que las rodea. La Muestra de Mujeres Audiovisual en el Festival de Cine de Mompox presenta cinco cortometrajes de Jóvenes realizadoras de países iberoamericanos. Ellas con discursos diversos abordan de manera sugerente o directa para reflexionar sobre temáticas contemporáneas. A partir de esta muestra nos aproximamos a cuestionamientos sobre la maternidad como lo hace “Mimo” de Giovanna Margarita Hernández, igualmente se reevalúan comportamientos sexuales impuestos por la cultura en los cortometrajes “Ellas se aman” de Laura Astorga y “Bañofobia” de Blanca Salazar, igualmente presenciamos como lo cotidiano desdibuja formas comunes de la violencia en “Toro verde” de Laura Duran y la soledad se impulsa a través de los recuerdos en “Tras la ventana” de Juliana Bermúdez.
A través de esta muestra proponemos la transgresión de estereotipos que construyen lo femenino, invitamos a reconstruir una mirada que se alimente no solo de hacer sino de sentir el cine. Percibir el discurso visual de mujeres creadoras es una propuesta diferente para que todos y todas repensemos las construcciones culturales que aún hacen de lo femenino lo débil o marginal y transformemos estos arrastres culturales en un dialogo propiciado por las imágenes, en cambios positivos para la cultura contemporánea. Invitamos a que descubran la feminidad en cada fotograma que proponemos, con su presencia ante esta muestra evocamos el espíritu transgresor que implícitamente marca el origen del cine creado por mujeres y traemos ante sus ojos una atmosfera diferente que permite agrupar reflexiones que provienen de lo que hoy significa ser mujer.
María Margarita Herrera Sabogal
Mujer es Audiovisual
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